sábado, 4 de abril de 2020

La lengua en la semana 14/2020


Esta semana iniciamos en el Martes Neológico nuestro habitual recorrido lingüístico sabatino. Una sección del Centro Virtual Cervantes en la que, con su característico desacoplamiento respecto a la actualidad, Irene Gil Laforga se ocupó del sustantivo  metrobús. Una voz compuesta que tiene en el idioma español dos usos bien diferenciados: ‘tipo de autobús’ y ‘tipo de billete’.

En ambos casos el formante metro- es un acortamiento de la voz metropolitano, aplicado en el primer caso al adjetivo derivado del sustantivo metrópoli (‘perteneciente o relativo a la metrópoli, urbano’) y, en el segundo, al sustantivo que designa al tren, generalmente subterráneo, que presta servicio de transporte en numerosas ciudades. Así es que en este caso la composición da nombre al autobús que conecta con ese tipo de ferrocarriles. Considera la autora que la tratada es candidata idónea para ser incluida en próximas ediciones del DLE y no seremos nosotros quienes le llevemos la contraria.

A modo de sugerencia para futuros artículos, aportamos una sigla cada vez más popular que nos parece que bien merecería un análisis: CPAP. Esta es la denominación que suele darse al dispositivo utilizado para tratar la apnea del sueño, que toma su nombre de las iniciales de la expresión inglesa Continuous Positive Airway Pressure. Un sencillo aparato, ¿desapneador?, que estos días no es raro ver confundido con los ahora tan cotizados respiradores.

Muchas son las entidades que están aportando todo tipo de iniciativas internetales para hacer más llevadero el confinamiento. Jaime Rubio Hancock reseñó algunas de la Rae en el artículo Pon a prueba tus conocimientos de Lengua publicado en el suplemento Verne de El PAÍS. Hoy toca un “juego de escape inverso”. ¡Anímense a intentarlo!

Álex Grijelmo publicó ayer La transformación del triaje. Y toda una aventura considera descubrir la historia de ese vocablo que inicia hace 5.000 años con la raíz indoeuropea *terd-, relacionada con la idea de frotar y con la asociada acción de separar la cáscara del grano mediante el pisoteo del buey.

Con la acepción de separar llegó al francés, que fue el idioma que lo aplicó en las guerras napoleónicas a la priorización de la atención a los heridos, mientras que en estas tierras desde las que escribimos se instaló con el significado que el periodista documenta con una deliciosa copla: “Con el aldeanu / non güelvo a bailar / porque baila de madreñes / y puede triar”.

Muy oportuna la final asociación de ambas acepciones, a la vista de las consecuencias de los triajes de esta crisis. Una delicada cuestión también presente en la adjunta viñeta de JM Nieto publicada en Abc el pasado día 23.

Escuchar aplicar en la noticias la palabra récord a las cifras de fallecidos, contrariando así, y también erosionando, la asentada connotación positiva de esa voz, nos animó a ponerlo de manifiesto en un tuit del día 29. Nada fue esa minúscula gota en el océano Twitter y ayer volvíamos a ver ese uso, cuando menos antiestético, en diarios como el ovetense La Nueva España. Malos tiempos vive la profesión periodística, pero ojalá tan solo lo fueran en cuestiones formales como esta.

Pasamos a Fundéu, que se aplica a mejorar el uso del lenguaje en los medios de comunicación. Y el lunes aclararon que el término infección, y no infectación, es el adecuado para aludir a la invasión de un ser vivo por un microorganismo patógeno, como un virus o una bacteria. La errónea denominación se atribuye a un cruce entre infección y otra voz similar, infestación, que alude a una invasión parasitaria. Entendemos que la clave está en el "sin llegar a matarlo" que reza la definición de parásito, pero cabe debate.

Al día siguiente recomendaron utilizar máximo, nivel más alto o pico (donde esta voz no sea malsonante) como alternativas al anglicismo peak. En relación con récord, nos parece indeseable su aplicación a conceptos negativos como las muertes por COVID-19, tal y como hemos visto hacer en diversos noticiarios. Y así lo tuiteamos.

El miércoles publicaron unas claves para la adecuada redacción de las noticias con referencias a las unidades de cuidados intensivos que admite el acrónimo UCI, invariable en el plural, o uci, plural ucis. No olvidan señalar que esa  denominación convive con otras como UVI (unidad de vigilancia intensiva), que fue la que inicialmente recibieron en España esos servicios implantados por primera vez en 1966 en la Clínica de la Concepción de Madrid (la curiosa historia de su origen derivado de un grave accidente del Dr. Jiménez Díaz puede leerse aquí).

Los urgentes recordaron anteayer que los nombres comerciales de los medicamentos se escriben con inicial mayúscula, pero los nombres de los principios con los que se producen se escriben en minúscula: el Gelocatil (enlace a su historiaes una de las más populares presentaciones farmaceúticas del paracetamol.

Fundéu concluyó ayer un nuevo ciclo semanal con una amplia oferta de alternativas para el anglicismo shock: choque, impresión, conmoción, sorpresa o impacto.

Iniciamos el recorrido por el lenguaje del humor con Miki y Duarte, que el jueves publicaron una la viñeta que bien nos habría venido hace un exacto mes para ilustrar el uso de rebeca en el apunte Del cine al diccionario. Pero ahora nos da adicional ocasión de recomendar su lectura. Ya estamos preparando otro con una cinematográfica denominación de un tipo de silla que no ha llegado al diccionario, pero entiende casi todo el mundo. A ver si podemos publicarlo la semana que viene.

Retrocedemos al lunes para reseñar el recurso de Ángel Idígoras saborío, versión andaluza de la palabra desabrido, para calificar al primer ministro neerlandés. Y recuerden que decir holandés es tan incorrecto como la aplicación del gentilicio gallegos a todos los españoles tan habitual en Argentina.

La Tira y Afloja jugó el miércoles con un popular personaje evocado por la ahora muy utilizada sigla EPI (Equipo de Protección Individual). De hecho, hay algún periodista aparentemente maravillado con el descubrimiento que no se la quita de la boca. Debajo, otra contraposición, esta paronímica, obra de Postigo (El Periódico de Aragón).


Otra contraposición muy oportuna es la que hoy hace Napi de mascarilla con un irregular aumentativo de ese primario EPI.

Y también de hoy mismo es la dilogía que Idígoras apoya en dos ansiados picos en su viñeta del diario Sur.

Pasamos al humor de literaria inspiración. El legendario Guillermo Tell que tantas creaciones piezas, encabezadas por el drama de Schiller, inspiró al romanticismo, ya protagonizó una viñeta de Monsieur Kak (L'Opinion) reseñada en La lengua en la semana 11/2020. Y hace unos días fueron los gallegos Pinto&Chinto quienes se apoyaron en el episodio más famoso de su historia. Un dúo de humoristas que volvió el miércoles a buscar apoyo en la literatura con 'Platero y yo'. Un libro, el de Juan Ramón Jiménez, que se nos hace mucho menos popular de lo que fue. Completa el bloque nacional la referencia a "El Conde de Montecristo" de Dumas realizada hoy mismo por JJ Aós en el navarro Diario de Noticias.


Caperucita sigue dando mucho juego en la pedagogía sobre el cuidado de los abuelos. En días pasados ha comparecido en viñetas del canadiense Michael de Adder y del irlandés Graeme Keys.

El monero Alarcón llevó el episodio de los molinos del Quijote, que es el más utilizado, con diferencia, en las viñetas, a uno de su dibujos para Heraldo de México (el ganso es representación habitual de López Obrador en el humor de ese país; más detalles en La semana 46/2019). Y muy mexicano tocado luce el Quijote que Waldo Matus dispuso a confrontar inquietantes molinos. 

Más al norte, el canadiense Brian Gable (The Globe and Mail) llevó el distanciamiento social a su representación de 'Romeo y Julieta'.

  

El dibujante estadounidense Jeff Koterba (Omaha World Herald) apoyó en la escenografía equivocada, como suele ser habitual, la hamletiana duda de Tío Sam sobre el uso de mascarillas. Eso cuando la tantas veces proclamada por las autoridades sanitarias inutilidad del uso de mascarillas por no contagiados o quienes les atienden directamente, ha pasado a ser un nuevo error de apreciación que acaban ser rectificado. Pero póngase vd. a buscarlas en farmacias y otros comercios.

En todo caso, este asunto plantea un interesante dilema moral sobre el momento oportuno de implantación de esa recomendación, y la pertinente asignación de las mascarillas, una vez que numerosos profesionales mucho más expuestos, particularmente de la sanidad (pero no solo, piénsese en residencias de ancianos, policía, limpieza, ...), han tenido que trabajar con una severa escasez de aprovisionamiento de las mismas.

Aún así, menudo papelón las declaraciones de ayer del ministro que, traducidas al ciudadanés, son: "deberíamos recomendar ya el uso de mascarilla, pero todavía no lo hacemos porque no hay para todos". Igual tenemos que acabar por conformarnos con las "bufandas de Trump" o el mascarillulo contra el que Alberto Calvo prevenía hace ya días en Herado de Aragón

Proseguimos con una viñeta de Nick Anderson que es un gráfico trasunto del famoso "Primero vinieron..."  escrito por el pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984). Una pieza que compuso para poner de manifiesto la cobardía de los intelectuales alemanes tras el ascenso de los nazis al poder (recuerden que watch this space es un equivalente a nuestro permanezcan atentos [a su pantallas]).

El argentino Erlich, por allí llevan 4 días menos de confinamiento que nosotros, llevó a su tira del jueves en el diario Clarín un popular aforismo sobre la autenticidad del amor (y en el siguiente enlace pueden ver adaptaciones del mismo a diversos perfiles psicológicos). 


Una bien conocida canción de Sabina se asoma hoy a la viñeta de Argote en Deia a modo de musical advertencia de que vamos a pasarnos este mes, si es que no es más, encerrados en casa. Y luega queda por ver cómo serán las restricciones del desconfinamiento. No olviden seguir la no muy abundante información que llega desde Wuhan.


Una viñeta publicada por Grizelda en The Spectator (El fin está cerca) ofrece una fantástica invitación a reparar en la cantidad de sobreentendidos presentes en el lenguaje cotidiano. Y del mismo modo que la habitual "expresión saldremos de esta" transforma el adjetivo demostrativo en pronombre sustitutivo de 'situación', imagine cada quien las identidades que habría asignado al estos de la viñeta de Esteban en La Razón de hoy, a falta de caricaturas en ese televisor.  





P.S.- A día siguiente hemos visto una versión americana, obra de Bill Bramhall, del anuncio "el fin está cerca". Resulta curioso que esta que cita el optimismo sea la versión pesimista del juego. 






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