Ayer ya reseñamos algunas viñetas, como la económica metáfora adjunta, sobre el furor desatado contra las estatuas, que ha sido el gran tema de la semana en el humor británico. La primera efigie en caer fue la erigida en Bristol al comerciante de esclavos del siglo XVII, pero también diputado y filántropo, Edward Colston. Un bronce que acabó arrojado al río Avon.
En el lecho de esas aguas fue representada por Brian Adcock en la viñeta publicada el martes en el diario The Independent encabezada con el juego de palabras "Rust in peace" (enmohézcase en paz).
El irlandés Martyn Turner confrontó ese lanzamiento visto con general alegría con el que no se produjo para contrariedad de no pocos.
Morten Morland escogió a la ministra de interior como estatua controvertida, mientras que Martin Rowson fue de lso que también se apuntaron a imaginar el derribo de Boris Johnson en una viñeta para el semanario The New European. Las presentamos seguidas de un conexo artículo de Jorge Bustos publicado el martes en El Mundo, que nos parece que merece la pena leer.
En España apenas vimos a Puebla ocuparse de esa vandálica corriente. Lo hizo con una viñeta apoyada en la estatua de Churchill que tras ataques como el reflejado por Dean Alston, acabó por tener que ser encerrada en un protector cajón en prevención de males mayores.
Una actuación que fue objeto de viñetas de Bob Moran, Paul Thomas y Graheme Bandeira.
Una actuación que fue objeto de viñetas de Bob Moran, Paul Thomas y Graheme Bandeira.
Completa el siguiente bloque el magno David de Miguel Ángel convertido en el objetivo de los vándalos del dibujante irlandés Graeme Keyes.
El inevitable protagonista del humor belga fue Leopoldo II, el mortífero propietario del Congo, que lo fue a título personal y no de rey belga, durante largos años.
Pierre Kroll apuntó, con buen criterio, que ninguna culpa tiene el caballo del monumento ecuestre de la place du Trône de Bruselas [1]. Un bronce que porcierto, ya ha sido objeto de repetidos ataques previos.
Adicionalmente, el propio Kroll y el también belga Dubus formularon creativas propuestas para los bustos del citado monarca.
Graeme Keys publicó otra escultórica viñeta, pero su versión de la más famosa creación de Rodin ya no estuvo decicada al furor iconoclasta, sino al presidente de Estados Unidos, por más que tengamos claro qué concreta actuación de quien tantos frentes mantiene abiertos, inspiró ese dibujo.
En España vimos referencias escultóricas en una viñeta de Esteban en La Razón, mejor no dar ideas sr. humorista, y en un dibujo de García Morán en Gaceta de Salamanca. Este en una pieza inspirada por el coronavirus, y no por los alborotos, con una ironía sobre las dudosas leyendas con los que algunos guías turísticos encandilan a sus clientes.
El protagonista de este último dibujo es el verraco del Puente Romano de Salamanca, la estatua más antigua de la ciudad, que tiene origen vetón, que era un pueblo ganadero. Aunque conocida como el verraco (cerdo reproductor), se trata de un animal incierto, posiblemente un bóvido.
Esta figura de piedra es utilizada por el ciego en El Lazarillo de Tormes para enseñar a Lázaro que "el mozo de un ciego ha de saber más que el diablo" (enlace al pasaje). Adjuntamos la ilustración de Maurice Leloir para la edición de 1886 que apoya la teoría bovina.
Un curiso detalle es que esta efigie también sufrió un lanzamiento al río, cuando el 10 de octubre de 1834 el político José María Cambronero hizo que fuera arrojada al Tormes por creer que había sido mandado colocar por Carlos I tras la represión de los Comuneros. Rescatada de las aguas en 1867, pasó a quedar albergada en diversos museos hasta que volvió a ser colocada sobre el puente romano el 23 de octubre de 1954, coincidiendo con el IV centenario de la publicación del El Lazarillo de Tormes. En 1993 fue desplazada a su actual ubicación a la entrada del puente.
Las estatuas de Cristobal Colón también se han convertido en objetivo, como hoy mismo refleja Javi Salado, mientras que Argote ironiza sobre esa mism acuestión en Deia apoyado en otro famoso Colón.
Variopinta presencia ha tenido en el humor la neoyorquina Estatua de la Libertad. Pero tan solo vamsoa reseñar la versión del suizo Valott publicado en el diario suizo 24 heures, en la recrea el saludo con un enguantado puño en alto propio del movimiento conocido como “Black Power”. El que causó escándalo en la Olimpiada de Máxico de 1968 cuando los atletas estadounidenses Tommie Smith (oro) y John Carlos (bronce) escucharon el himno de su país en la ceremonia de entrega de medallas de los 200 m.
Esta figura de piedra es utilizada por el ciego en El Lazarillo de Tormes para enseñar a Lázaro que "el mozo de un ciego ha de saber más que el diablo" (enlace al pasaje). Adjuntamos la ilustración de Maurice Leloir para la edición de 1886 que apoya la teoría bovina.
Las estatuas de Cristobal Colón también se han convertido en objetivo, como hoy mismo refleja Javi Salado, mientras que Argote ironiza sobre esa mism acuestión en Deia apoyado en otro famoso Colón.
En el apunte Marcas gesto en que ya tratamos ese incidente, apuntamos que habitualmente se obvia el papel del atleta australiano Peter Norman, medalla de plata en la misma prueba, que les apoyó luciendo en el pecho el símbolo de la organización “Olympic Project for Human Rights” (OPHR). Esta había propugnado el boicot a los juegos, por lo que, al igual que los americanos, fue expulsado de su equipo y no se le permitió competir en la siguiente Olimpiada. Smith y Carlos, que llegaron a sufrir amenazas a su vuelta a los Estados Unidos, terminaron sus carreras deportivas jugando en equipos de football americano.
Concluimos esta primera parte con el rediseño del monumento del Monte Rushmore aportado por Peter Brookes desde el diario The Times. Muy al gusto del ególatra actual presidente de Estados Unidos.
Muy interesante, pero desmerece tu trabajo citar a ese facha de Jorge Bustos, el que dijo “Prefiero que gobierne un político corrupto a un comunista” Supongo que debes ser de la misma cuerda.
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