Comenzamos, como tantas veces, con 'La punta de la lengua' de Álex Grijelmo. Le pidió el divorcio se titula la publicada en El País del pasado domingo, que es una reflexión sobre la pedagógica importancia de la precisión lingüística realizada con el foco puesto en el concreto caso de la ruptura matrimonial. Y el título elegido es una buen ejemplo de expresión que puede hacer creer que ese tipo de rupturas dependen de que uno de los cónyuges acceda a la solicitud del otro, cuando la legislación española establece que no es necesario alegar causa justificativa alguna.
No podemos dejar de añadir lo mucho que nos ha llamado la atención el ejemplo de divorcio elegido, que también ilustra fotográficamente el artículo: la abrupta separación de Tina Turner (Anna Mae Bullock) de Ike Turner (1931- 2007), ciertamente un auténtico energúmeno, ¡formalizada en 1978! Toda una confesión generacional.
Lola Pons trató en su sección de los martes en la Cadena Ser sobre La letra w, inicial de apenas una treintena de voces del Diccionario (un 0,02%, precisa la lingüista). Una grafía ajena a nuestra ortografía que está sujeta a dual pronunciación según el origen germánico o angloasajón de las palabras en que la hemos importado, aunque con excepciones tan llamativas como el gualda en que devino el germanismo walda. También hemos aprovechado la cita que la lingüista hace de güisqui para verificar que esa fallida adaptación de whisky sigue presente en el DLE.
El poético final, ¡esta vez en pieza completa!, lo pone Mendiga en atrio románico de Vicente Aleixandre. Unos versos vinculados bastante por los pelos con el tema tratado, a partir de que la velintonia es la arbórea especie botánica que daba nombre, con la grafía original inglesa Wellingtonia (por Wellington; pero la historia de la nomenclatura de esa especie de secuoia es todo un culebrón), a la madrileña calle en que vivió Aleixandre. Un vial que cambió su nombre por el del poeta tras la concesión del Premio Nobel de Literatura de 1977, sustitución que, curiosamente, disgustó al homenajeado porque prefería la Velintonia que el había castellanizado (hasta 1928 como velingtonia; el original wellingtonia y la adaptación velintonia fueron incluidos en el Diccionario de la RAE en 1970).
La propia Lola Pons celebra en el artículo Un viejo rey y el Estado de las autonomías, publicado el jueves en El País, los 800 años del nacimiento de Alfonso X el Sabio, el preclaro creador de la primera disposición legal que igualaba a todos los súbditos. No destripamos más esa muy recomendable lectura que nos limitamos a complementar con unas fotos de los relieves del Capitolio de Washington con los retratos del monarca castellano y el filósofo cordobés Maimónides (enlace a la colección completa) mencionados por la lingüista sevillana.
Pasamos al Centro Virtual Cervantes, donde Ona Domènech-Bagaria dedicó el Martes Neológico al sustantivo intro. Un neologismo lexicográfico procedente del acortamiento de la palabra introducción, que se utiliza para hacer referencia a una secuencia de apertura de una pieza musical o audiovisual. Concepto que la autora ve matizable respecto a las afines acepciones 3ª (‘exordio de un discurso o preámbulo de una obra literaria o científica’) y 5ª (‘parte inicial, generalmente breve, de una obra instrumental o de cualquiera de sus tiempos’) de introducción.
Si acortamientos como finde se han abierto camino hasta el DLE, ¿por qué no intro?, pero vemos un tanto sobreactuado pretender justificarlo en que el significado de la nueva palabra no es absolutamente predecible a partir de la de origen. ¿Qué supondría vd. que es intro si no lo encuentra en el Diccionario?
Vamos con Fundéu, que recordó el lunes que la preposición adecuada para el verbo inscribirse es en, y no a: inscribirse en, no inscribirse a.
Siguió una puntualización de que sinfín no es lo mismo que sin fin. El primero es un sustantivo que significa ‘infinidad’ y sin fin es aquello ‘que no tiene fin’, por lo que no cabe usarlos indistintamente.
El miércoles apuntaron que el término masivo no significa lo mismo que enorme. Masivo es lo ‘que se aplica en gran cantidad’, ‘que tiene una masa concentrada’ o ‘que se produce en gran cantidad’, pero no es apropiado para referirse al tamaño de algo.
El jueves señalaron que la expresión neutralidad en carbono, o el sustantivo carbo(no)neutralidad, escrito en una sola palabra, no carbono neutralidad, son las formas adecuadas de referirse a la acción y el resultado de conseguir que la huella de carbono en la atmósfera sea equivalente a cero.
Y ayer propusieron la expresión cóctel (o coctel) sin alcohol o el término móctel (o moctel) como alternativas a la voz inglesa mocktail, formada por combinación de mock, que expresa la idea de imitación y simulación, y cocktail.
Pasamos a dar cuenta de un nuevo episodio de uso del lenguaje como arma de confrontación: El Senado admite el término «países catalanes» y prohíbe usar el de «Valencia» tituló Abc su reseña de que se haya exigido al PP el uso del topónimo València en un escrito redactado en idioma español, aduciendo que el nombre oficial de esa ciudad es exclusivamente el valenciano.
Asturias vivirá pronto su propia versión de esta confrontadora tragedia cuyas últimas consecuencias no son fáciles de anticipar. Pero seguro que nada bueno. Y una vez que acabamos de hablar de Aleixandre, nos viene a la memoria el amargor de su “Espadas como labios”.
También queremos dar videográfica cuenta de la silenciadas tragedias lingüísticas que a diario viven algunos catalanes a cuenta de la infame charnegada que osa arrojar arrogantes ¿cómo?
El Roto se ocupa hoy del reconocimiento de talibanes sin turbante como ese pobre hombre que encima tiene que cargar con el españolazo nombre de Santiago.
Proseguimos ya con más lenguaje del humor. "Urnita Votantis" es la última aportación de García Morán a la botánica recreativa. Un humorista que en julio ya había participado a los lectores de Tribuna de Salamanca la "Dedodendra acomodaticia". Hemos emparejado la botánica viñeta con una energética variante de JM Esteban de la precautoria práctica de poner velas a dios y al diablo. Completan ester primer bloque una calamburesca paronimia de Postigo y la sutil forma en que Javi Salado llamó "paquetes" a los componetes de la actual plantilla del Barça. Pues ahí llega un refuerzo de 38 tacos.
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