Adelantamos al viernes la primera parte del habitual comentario lingüístico sabatino, porque esta semana resulta demasiado extenso para un solo apunte.
'Cómo se apellida un nazi' titula Lola Pons el artículo con el que hoy reanuda sus colaboraciones en El País. Una pieza suscitada por el riterado empeño de algunos cafres en vandalizar los rótulos del pueblo burgalés que en 2014 decidió cambiar su previa denominación Castrillo Matajudíos por Castrillo Mota de Judíos (que es el nombre que tuvo hasta el siglo XVII).
Pero más nos han llamado la atención las desventuras que narra de un escarabajo ciego que habita en unas cuevas de Eslovenia. Un insecto que corre peligro de extinción porque los fans que increíblemente aún tiene Hitler los coleccionan por el fetichismo que les produce el nombre que en 1933 les dio el entomólogo austriaco Oskar Scheibel, a modo de homenaje al entonces recién elegido canciller alemán: Anophthalmus hitleri, o sea, an-ophthalmus (sin ojos) de Hitler (y hay quien quiere adivinar una oculta intención en que el elegido fuera un ser ciego; muy dubitable).
Cabe añadir que no es el único nombre científico inspirado en el genocida nazi. Leemos en la interesante monografía 'Desenfado (e incluso humor) en la nomenclatura de taxones paleontológicos y zoológicos' de Juan Carlos Gutiérrez-Marco que el paleodictióptero Rochlingia hitleri ("butizado" por P. Guthörl en 1934), que es un desaparecido insecto gigante de hasta 44 cm de envergadura alar procedente del Carbonífero Superior que fue descubierto en la cuenca del Sarre (Alemania), junta los nombres de Adolf Hitler y Hermann Röchling (un magnate del acero, destacado antisemita, que ocupó puestos dirigentes en el partido Nazi).
En el apunte de ayer ya adelantamos que el adjetivo orwelliano es la palabra tratada esta semana en el Martes Neológico del Centro Virtual Cervantes. Y destacábamos la curiosa inmediatez del artículo con las medidas de videocontrol de las explotaciones animales anunciada por el ministro Garzón.
Hoy pasamos a detallar que la autora del neológico análisis distingue cuatro acepciones principales:
1. adj. Perteneciente o relativo a George Orwell, pseudónimo de Eric Arthur Blair, escritor y periodista británico.
2. adj. y m. y f. Partidario o imitador de la obra de Orwell
3. adj. Agobiante, opresivo [controlador en extremo, añadiríamos]
4. adj. Referido al discurso, que es manipulado con el fin de disimular la verdad
Nos traemos desde 'Humor orwelliano' unas viñetas que entendemos ponen oportuna ilustración a cada una de esas acepciones.
Magnífico complemento resulta la definición de Mario Vargas que Consuelo García Gallarín toma del libro 'La verdad de las mentiras' (2002): El adjetivo orwelliano, primo hermano de «kafkiano», alude a la angustia opresiva y a la sensación de absurdidad extrema que generan las dictaduras totalitarias del siglo xx, las más refinadas, crueles y absolutas de la historia, en su control de los actos, las psicologías y hasta los sueños de los miembros de una sociedad.
En el campo de la neología humorística, JM Nieto contribuye esta semana con "megavatioteniente", una categoría que, bien a la vista queda en la viñeta publicada en el Abc del martes, da para un yate bastante más grande que el de terrateniente.
Lo más destacado de esta semana en el más bien soso "Abecedario de verano" de Flavita Banana en El País es la ironía del miércoles sobre las kilométricas claves que suelen tener los puntos de acceso inalámbrico a las redes.
Sigue el hidrológico significado de la "España vaciada" que Santy Gutierrez llevó a su viñeta del propio miércoles en La Opinión de A Coruña. Acompañamos ese dibujo con otra pieza de humor piscícola [1], esta del suizo Alex Ballamain (La Liberté), con un pez que se queja de las falsas promesas formuladas por la señal de advertencia del peligro de crecidas. Completa el bloque una bien diferente referencia a la "España vaciada" de Ricardo en El Mundo del lunes.
Curioso revival el que ha tenido la ya poco usada palabra jet-foil, de la mano de la despistada referencia de Feijóo a esas embarcaciones que fueron retiradas en 2005 del servicio marítimo entre las capitales canarias. La viñeta que más nos ha gustado es la del jueves de J. Morgan, que añade una irónica referencia a la desparecida cadena Simago (acrónimo formado con los apellidos de los fundadores, Simó, Mayorga y Gómez). Una compañía que pasó a operar bajo la marca Champion tras ser adquirida por Continente en 1997.
Desafortunado, nos ha parecido, en cambio, el victimista enfoque de corte xenófobo de la viñeta del martes del propio dibujante de Canarias 7. La acompañamos con la visión de Padylla en los diarios La Provincia y El Día del lunes.
La desproporcionada polémica suscitada, sin duda alimentada por la aplicación de la descalificativa directriz marcada desde La Moncloa, nos ha recordado que en Santander todavía se puede encontrar quien dice «voy a coger el trolebús» (artículo en El Diario Montañés) cuando esos vehículos de transporte público, que en esta redacción hay quien ha utilizado, dejaron de prestar servicio en 1971 (más detalles). Y nadie se ofende.
En La lengua en la semana 29/2022 ya nos ocupamos, apoyados en una viñeta de Kap publicada en La Vanguardia, del considerable trabajo de "traducción" que comportan las piezas de humor gráfico que incorporan mensajes de texto dentro del propio dibujo. Y el jueves nos llamó la atención el notable cambio tipográfico aplicado a la tira de Ferreres en Ara y la modificación de la señalización que acompañamos con el cartel que efectivamente encontrará quien se acerque a la frontera entre Rusia y Ucrania.
Mañana, más lenguaje, literatura y humor.
[1] En 'Humor reseco' ya dimos cuenta de una piscícola visión de la sequía del belga duBus (Seamos positivos: al menos no hay riesgo de que se ahoguen) y de otra de Santy Gutiérrez. Las complementamos hoy con la del francés Emmanuel Chaunu en Union Ardennais del pasado día16 (Hemos hecho bien de no ponernos en ruta).
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