Reanudamos el recorrido (enlace a la primera parte) con dibujos sobre el enfrentamiento entre Irán e Israel inspirados en la ley del talión publicados por el australiano David Pope, sutil ese ojo por ojo, el eslovaco Marian Kamensky, el alemán Klaus Stuttmann y el navarro César Oroz, que lo hace hoy mismo. El francés Man también recurría a la antonomásica ejemplificación del talión como base de su escalada de réplicas y contrarréplicas.
Una viñeta de David Rowe nos da pie para recordar que el anglicismo escalada que acabamos de utilizar nada tiene que ver con el alpinismo (escalar es to climb en inglés), porque el originario escalate /escalation, cuyo primer uso registrado con el actual significado de intensificación data de 1944, deriva de la marca Escalator registrada en 1899 por el ingeniero Charles Seeberger que la acuñó combinado la denominación latina de la escalera, scala, con la inglesa de elevador, elevator, una palabra que pasó a dar nombre a los ascensores en ese idioma. En 1950 el registro de la marca fue revocado por considerarse que había pasado a ser una denominación genérica.
Buen momento para recordar la definición de escalar recogida en el Tomo III (1732) del Diccionario de Autoridades: v. a. Poner escalas a una casa, muralla o pared para entrar dentro. Es formado del nombre Escala. Latín. Scalis murum conscendere, occupare. MARIAN. Hist. Esp. lib. 2. cap. 20. Los Soldados de Scipión pretendieron por allí escalar la Ciudad. AMBR. MOR. Antig. de Córdoba. Los cinco primeros que se hallaron al principio en el escalar y ganar el arrabal, tuvieron su prémio. Hasta la 15ª edición del Diccionario, publicada en 1925, no llegaría la acepción alpina 'Subir, trepar por una gran pendiente o a una gran altura'.
En el recopilatorio Y fue Irán quien alivió la presión sobre Netanyahu ya comentamos sucintamente el uso que hizo Manuel Falcón de la expresión mexicana Hacerla de pedo que significa complicar las cosas o ponerlas difíciles (enlace al Diccionario de Americanismos: k15).
Tom Gauld encabeza la sección literaria con una viñeta publicada hoy en The Guardian que nos ha evocado el Cementerio de los Libros Olvidados de Carlos Ruiz Zafón.
Peridis tiró el martes del proverbial ¡Qué viene el lobo! de la fábula 'El pastor mentiroso' atribuida a Esopo.O en la viñeta protagonizada por Ortúzar y el lobildu Otxandiano (cuya caricaturización sin gafas quizá haya hecho dudar a algunos lectores si no sería Otegi). Debajo recordamos la última vez que teníamos registrada una lobezna alerta: la tira de JL Martín publicada en La Vanguardia del 18/6/23.La de Martín es la tercera viñeta que conocemos en que Sánchez protagoniza el relato que no pocos confunden con el cuento sinfónico "Pedro y el lobo"(1936) de Sergéi Prokófiev (enlace vídeo) que tiene diferente argumento. El 2 de mayo de 2022 lo había hecho en una viñeta de García Morán y en octubre de 2019 en una tira de Javi Salado.
Miki y Duarte aportan otra célebre historia con lobo, la del cuento de Los tres cerditos que han adaptado a la proliferación de los alquileres turíasticos. Sigue un dibujo del quebequés Côté que convierte la casa de la bruja del cuento de Hansel y Gretel en reprsentación del expansivo presupuesto presentado por el gobierno de Trudeau.
Peter Brookes apoyó su ironía sobre el racionamiento a Ucrania del armamento de defensa antiaérea a Ucrania en la escena en que Oliver Twist pide más comida a Mr. Bumble en la famosa novela de Dickens.
Vamos con Gallego y Rey que el lunes adaptaron a las tendencias del presente los icónicos molinos del Quijote.
Y concluimos con uno de los más de 80 originales seleccionados entre las casi 600 ilustraciones que Antonio Mingote realizó para celebrar en 2005 el IV centenario de la publicación de la primera parte del Quijote que conforman la ciertamente breve exposición «Los Quijotes de Mingote».
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