Más de una década tiene ya la recomendación de Fundéu de utilizar las formas Hizbulá y Hezbolá como transcripciones a nuestro idioma del nombre del belicoso "partido de Dios" que coloniza el Líbano, pero pocos ejemplos encontrarán, si es que alguno, de tanta variabilidad de un uso periodístico. Acompañamos las denominaciones recientemente utilizadas por El País, El Mundo, Abc (con maliciosa elección, por nuestra parte, de un ejemplo con acentuadora errata), La Vanguardia y Ara. ¿Habrá alguna apuesta de por medio?
Una adicional advertencia sobre falsas inferencias cinematográficas, porque el doblaje italiano ‘Coraggio... fatti ammazzare’ que precisamente fue la frase escogida para dar título a la versión transalpina del film, significa ‘Ánimo ... hazte matar’.
Pasamos a sumarnos a la propuesta ortográfica que Álex Grijelmo plantea en A cierraojos, La punta de la lengua que encontrarán íntegra como anexo. Un artículo en el que cita tres países que toman el nombre de su capital, México, Panamá y Guatemala, que nos permitimos complementar, al margen de los casos obvios de las ciudades-estado (Mónaco, el Vaticano, San Marino y Singapur), con Kuwait, Luxemburgo, Túnez o Yibuti. En el caso de Andorra la capital utiliza el diferencial adjetivo La Vella (La Vieja), en los de Bisáu y Santo Tomé la participación en el nombre del país solo es parcial, Guinea-Bisáu y Santo Tomé y Príncipe, mientras que Argel (en francés Alger) se transformó en Argelia (Algérie) para sustituir en 1837 a la denominación dada hasta entonces de "Posesiones francesas del Norte de África".
Singular resulta el caso de Portugal, que toma su nombre de una ciudad que nunca ha sido su capital, porque el étimo Portus Cale era el antiguo topónimo de Oporto. Y curioso es el caso de Belice (Belize), ciudad que en 1973 dio nuevo nombre a la Honduras Británica (que había conseguido el autogobierno en 1964), pero entonces ya hacía tres años que la capital era la pequeña Belmopán (a donde fue transferida la capitalidad en 1970 a consecuencia de la destrucción causada por el huracán Hattie). Completamos este toponímico comentario con Brasilia, capital de Brasil desde 1960 que es un ejemplo singular del proceso inverso, ciudad cuyo nombre deriva de la denominación del país.
Pasamos al Cervantes Virtual para apuntar la publicación del Rinconte Decimonónico en el que Pedro Álvarez de Miranda explora los orígenes de ese adjetivo y el habitual uso con sentido despectivo que el DLE dejó de recoger en 2014. Una decisión que el académico aplaude por cuanto le parece confundir connotación con denotación. Coincidimos en que no merezca una segunda acepción, pero echamos en falta alguna marca de uso que advierta la habitual connotación despectiva (como tienen, por ejemplo, subnormal o anormal).Encabezamos el apartado humorístico con la incoporación al Catálogo humorístico de Ikea de un nuevo modelo de felpudo, el especial para pisos compartidos SPÄJNIÄ. Un diseño de Javier Cuervo y Pablo García publicado en La Nueva España.
JM Nieto trabajaba el lunes el lenguaje eufemístico y Davila se aplicaba al día siguiente al retruécano con un piloso quiasmo. Miki y Duarte no dejaban pasar ayer la ocasión de aplicar un equívoco a la suprema aduladora del presidente del gobierno, mientras que Gallego y Rey aportaron el lunes las 24 toneladas de la Piedra del Sol, más conocida como Calendario azteca, a nuestra colección Comulgar con ruedas de molino.El habitual recurso a las formas nebulosas en los globos que albergan pensamientos inspiró anteayer a Wayno una anfibológica pieza de la serie Bizarro que ha pasado a enriquecer nuestra colección de Juegos con globos de texto (No puedo decidir si estás enfadada, pensando o en un fenómeno meteorológico local).
Proseguimos en inglés. En Lenguaje de la semana 29/2024 comentábamos que un popular equivalente a nuestro “aunque la mona se vista de seda mona se queda” es “to put lipstick on a pig” (pintarle los labios aun cerdo). Una expresión tratada en Ejercicios de traducción de ilustraciones (I) que inspiraba la visión de David Rowe de la elección de JD Vance como compañero de candidatura de Trump.
La eufemización "me gusta la fruta" que el PP defendía inicialmente como auténtica exclamación de Isabel Ayuso sobre Pedro Sánchez en la sesión de investidura de noviembre de 2023 volvía el domingo a un machista ejercicio de cartoonfare de Ferreres. Lo acompañamos con la viñeta del pasado mes de marzo en que una gráficamente mucho más lograda versión de la presidenta madrileña ya utilizaba la frase.
Peridis, por su parte, volvía a tirar ayer de argumentario monclovita para calzar un nuevo txapoteo humorístico con Feijóo convertido en extemporáneo coprotagonista de una tira sobre el pacto de Sánchez con Bildu sobre la Ley mordaza (un dibujo que incluye a Óscar Matute y Mertxe Aizpurúa junto con un Marlaska menos reconocible, a fuer de más barbado, que en caricaturas precedentes; adjuntamos la última que teníamos etiquetada: 23/10/23).
El dúo Antón reformulaba el lunes la frase "La vida es lo que te sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes" (Life is What Happens To You While You’re Busy Making Other Plans) que John Lennon popularizó desde la canción de 1980 “Beautiful Boy (Darling Boy)” dedicada a su hijo Sean. Un tema (escucharlo) que forma parte del álbum “Double Fantasy”, el último que grabó.
La minuciosa investigación de Quote Investigator remite a la sección “Quotable Quotes” del número de “Reader’s Digest” de enero de 1957 donde la frase aparece atribuida al guionista de cómic Allen Saunders, probablemente citando de memoria el contenido de su tira “Mary Worth” del 2 de septiembre de 1956 que formula la idea de forma algo diferente.
Vamos ahora con Manel Fontedevila que recreó el martes el esquema narrativo del famoso poema "Primero vinieron..." que el pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984) compuso para denunciar la cobardía de los intelectuales alemanes ante el ascenso de los nazis al poder.
PS - Tom Gauld propone hoy en The Guardian una adaptación a las lecturas infantiles de la famosa opinión de Kafka sobre el papel de los libros. Debajo recordamos en versión bilingüe un fragmento de la carta dirigida a su amigo de la infancia Oskar Pollak que está fechada el 27 de enero de 1904 (texto íntegro). Contaba, por tanto, veinte años cuando escribió esa respuesta a una carta de Pollak que no se ha conservado.
Anexo
A cierraojos
Álex Grijelmo (El País, 2/10/24)
Un lector me indicó que en el ‘Diccionario’ figura en tres palabras: “a cierra ojos”. Lo corregí en la web, pero seguí dándole vueltas
Escribí la locución “a cierraojos” en un artículo publicado el 10 de julio en As y relativo a una nación con dos nombres: “Holanda” y “Países Bajos”. Me refería allí a que los periodistas españoles parecían tener vetada las opciones “Holanda” y “holandés” durante la Eurocopa de fútbol, porque siempre elegían “Países Bajos” y “neerlandés” como si les dieran calambre el exónimo y el gentilicio tradicionales. Algo que me parecía ejecutado “a cierraojos”: sin examen ni reflexión.
Resumo los argumentos, para no dejar al lector con la intriga, y enseguida vuelvo a la locución mencionada:
En español se documenta “Holanda” ya en el siglo XVI, y “holanda” (con minúscula) se llaman desde entonces las delicadas telas fabricadas allá; la propia hinchada holandesa muestra banderas y bufandas que apoyan a un país llamado Holland (y no Nederland), y cantan Hup, Holland, hup; y no les causa problema que dos de sus provincias se llamen “Holanda del Norte” y “Holanda del Sur”. (Algo similar sucede con “Panamá”, “Guatemala” o “México”, nombres que designan un trozo del territorio –la capital– y también su totalidad). Finalmente, el nombre oficial “Países Bajos” no anula el tradicional, como tampoco pasa con “República Helena” y su equivalente “Grecia”. Eso argumentaba yo, frente a las posturas que entendía expresadas “a cierraojos” en aquellos días.
El caso es que un lector me hizo ver que el Diccionario recoge la grafía “a cierra ojos”, en tres palabras, y no “a cierraojos”. Como él tenía razón, decidí corregirlo en la versión de internet (ya era imposible en el diario impreso). Sin embargo, seguí dándole vueltas al asunto.
¿Por qué había escrito yo “a cierraojos”? Seguramente porque latían en mi memoria ortográfica las locuciones “a machamartillo”, “a matacaballo”, “a rajatabla”, “a duermevela”, “a quemarropa”…, todas las cuales se escriben mayoritariamente con las dos palabras unidas. Y porque tanto en “a cierra ojos” como en “a regañadientes”, por ejemplo, percibimos tras la preposición una sola unidad léxica, un solo acento de palabra. Se aprecia una diferente pronunciación entre “a cierraojos” (de corrido) y “a ojos cerrados” (por separado). Y entre “a pierna suelta” y “a tocateja”.
La misma percepción de “a cierraojos” me la sugería la locución “a botepronto”, que sin embargo las academias reflejan también en tres palabras.
Ni la Nueva Gramática ni la Ortografía ofrecen un criterio uniforme para estas locuciones, sino que se remiten a los usos históricos documentados, generalmente a cargo de escritores (sin que ello nos alcance para saber cómo las pronunciaban). De hecho, el Diccionario de Autoridades (1737) ya escribe “a cierra ojos”, tomada de Francisco López de Úbeda en La pícara Justina (1605).
Los bancos de datos académicos (800 millones de formas ortográficas) ofrecen 9 ejemplos de “a cierraojos” (Sánchez Ferlosio, Elena Soriano, Pedro Antonio de Alarcón entre otros); y 34 de “a cierra ojos”, separado (Delibes, Baroja, Menéndez Pelayo, Max Aub, Azorín, Larra…). Esa diferencia explica la grafía que elige el Diccionario.
En mi opinión, hoy por hoy resultaría más congruente la escritura de todas estas locuciones por igual, con las dos palabras unidas cuando las percibiésemos comúnmente como un solo término. Es decir, me inclino por reflejar junto lo que suena junto, sin excepciones. Por tanto, si la autoridad y los lectores me lo permiten, lo haré así en adelante. Pero ya de manera más reflexiva, y no a matacaballo, ni a bocajarro, ni a vuelapluma. Ni a cierraojos.
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